lunes, 20 de julio de 2009

EL CIUDADANO NORTE AMERICANO

Ralph Linton, antropólogo.

"…Nuestro sujeto se despierta en una cama hecha según un patrón originado en el Cercano Oriente, pero modificado en la Europa del norte antes de pasar a América. Se despoja de las ropas de cama hechas de algodón, que fue domesticado en la India, o de lino domesticado en el cercano Oriente, o de lana de oveja, domesticada igualmente en el Cercano Oriente, o de seda, cuyo uso fue descubierto en China; todos estos materiales se han transformado en tejidos por medio de procesos inventados en el Cercano Oriente: Al levantarse, se calza unas sandalias de tipo especial, llamadas mocasines, inventadas por los indios de los bosques orientales, y se dirige al baño, cuyos muebles son una mezcla de inventos europeos y americanos, todos ellos de una época muy reciente. Se despoja de su pijama, prenda de vestir inventada en la India, y se limpia con jabón, inventado por los galos; luego se rasura, rito masoquista que parece haber tenido origen en sumeria o en el antiguo Egipto…

…Al volver a su alcoba, toma la ropa que está colocada en una silla, mueble procedente del sur de Europa, y procede a vestirse. Se viste con prendas cuya forma originalmente se derivó de los vestidos de piel de los nómadas de las estepas asiáticas, y calza zapatos hechos de cueros curtidos por un proceso inventado en el antiguo Egipto, y cortados según un patrón derivado de las civilizaciones clásicas del Mediterráneo. Alrededor del cuello se anuda una tira de tela de colores brillantes, supervivencia de los chales o bufandas que usaban los croatas del siglo XVI. Antes de bajar a desayunar, se asoma a la ventana, hecha de vidrio inventado en Egipto y, si está lloviendo, se calza unos zapatos de caucho, descubierto por los indios de Centroamérica, y coge un paraguas, inventado en el Asia sudoriental. Se cubre la cabeza con un sombrero hecho de fieltro, material inventado en las estepas asiáticas…

…Ya en la calle, se detiene un momento para comprar un periódico, pagándolo con monedas, una invención de la antigua Lidia. En el bar le espera toda una serie de elementos adquiridos de muchas culturas. Su plato esta hecho según una forma de cerámica inventada en China. Su cuchillo es de acero, aleación hecha por primera vez en el sur de la India, su tenedor es un invento de la Italia medieval, y su cuchara un derivado de un original romano. Comienza su desayuno con una naranja, procedente del Mediterráneo oriental, un melón de Persia o, quizás, una raja de sandía de África. Además toma un poco de café, planta de Abisinia, con leche y azúcar. Tanto la domesticación de las vacas como la idea de ordeñarlas se originaron en el Cercano Oriente, y el azúcar se hizo por primera vez en la India...

...Una vez que ha terminado de comer, se pone a fumar, costumbre del indio americano, consumiendo una planta, domesticada en el Brasil, ya sea en una pipa, derivada de los indios de Virginia, o en un cigarrillo, derivado de México. Si es suficientemente vigoroso elegirá un puro, que nos ha sido transmitido de las Antillas a través de España. Mientras fuma lee las noticias del día impresas con caracteres inventados por los antiguos semitas sobre un material inventado en China, según un proceso inventado en Alemania. Al leer las narrativas de los problemas extranjeros, si es un buen ciudadano conservador, agradecerá a una divinidad hebraica, en un idioma indoeuropeo, el hecho de ser cien por ciento norteamericano.”


Ralph Linton Estudios del hombre, México, FCE, 1942, pgnas. 318 a 319

martes, 31 de marzo de 2009

Entre el amor y el odio - Poema para leer de arriba a bajo y vice versa

No te amo más
Estaré mintiendo diciendo que
Todavía te quiero como siempre quise
Tengo certeza que
Nada fue en vano
Siento dentro de mí que
Tu no significas nada
No podría decir que
Alimento un grande amor
Siento cada vez más que
Ya te olvidé!
Y jamás usaré la frase
Yo te amo!
Siento, pero tengo que decir la verdad
Es demasiado tarde...

lunes, 30 de marzo de 2009

Indios - Legião Urbana

Ojala pudiera, al menos una vez,
Tener de vuelta todo el oro que entregué
A quien consiguió me convencer
Que era prueba de amistad
Si alguien llevase fuera
Hasta lo que yo no tenía.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Olvidar que creí que era por broma
Que se cortaba siempre un trapo
De linio noble y pura seda.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Explicar lo que nadie puede entender:
Que lo que pasó todavía está por venir
Y que el futuro no es más como era antiguamente.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Probar que quien tiene más de lo que necesita tener
Casi siempre se convence que no tiene lo bastante
Y habla demasiado, por no tener nada para decir.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Que lo más simple fuera visto como lo más importante,
Pero nos dieron espejos
Y vimos un mundo enfermo.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Entender como un solo Dios al mismo tiempo es tres
Y ese mismo Dios fue muerto por ustedes -
Y es solo maldad entonces, dejar un Dios tan triste.
Yo quise el peligro y hasta desangré solo.
Entienda - así pude traerte de volta para mí,
Cuando descubrí que es siempre solo tú
Que me entiendes del inicio al fin
Y es solo tú que tienes la cura para mi vicio
De insistir en esa “saudade” que yo siento
De todo que todavía yo no vi.
Ojala pudiera, al menos una vez,
Creer por un instante en todo que existe
Y creer que el mundo es perfecto
Y que todas las personas son felices.
Ojala pudiera, al menos una vez,
hacer con que el mundo sepa que su nombre
Está en todo y así mismo
Nadie le dice gracias
Ojala pudiera, al menos una vez,
Como la más bella tribu, de los más bellos indios,
No ser atacado por ser inocente.
Yo quise el peligro y hasta desangré solo.
Entienda - así pude traerte de volta para mí,
Cuando descubrí que es siempre solo tú
Que me entiendes del inicio al fin
Y es solo tú que tienes la cura paro mi vicio
De insistir en esa “saudade” que yo siento
De todo que todavía yo no vi.
Nos dieron espejos y vimos un mundo enfermo -
Intenté llorar y no conseguí.

Veinte y Nueve - Legião Urbana

Perdí veinte de veinte y nueve amistades
Por cuenta de una piedra en mis manos
Me emborraché muriendo veinte y nueve veces
Estoy aprendiendo a vivir sin ti
Ya que tu no me quieres máspasé veinte y nueve meses en un barco
Y veinte y nueve días en la cárcel
Y a los veinte y nueve con el retorno de Saturno
Decidí empezar a vivir
Cuando tú dejaste de me amar
Aprendí a perdonar y a pedir perdón
Y veinte y nueve ángeles me saludaran
Y tuve veinte y nueve amigos otra vez

Promesas matrimoniales - Mario Quintana

¿Prometen dejar que el amor los transforme en lo mejor que pueden ser?

¿Prometen respectar la individualidad del amado, acordándose siempre que uno no pertenece al otro y que está a tu lado por libre y espontánea voluntad?

¿Prometen saber ser amigos y ser amantes, sabiendo exactamente cuándo deben ser cada uno, sin que eso los transforme en personas de doble identidad o en personas menos románticas?

¿Prometen hacer el pasaje de los años, una vía de maduración y no una vía de cobranzas por sueños idealizados que no llegaron a concretizarse?

¿Prometen sentir placer de estar con la persona que escogieron y ser feliz a su lado, por el hecho de ella ser la persona que mejor te conoce y, por lo tanto, la más bien preparada para ayudarte, así como tú a ella?

¿Prometen dejarse conocer?

¿Prometen que seguirán siendo personas gentiles, cariñosas, educadas y que no usarán la rutina como disculpa por su falta de humor?

¿Prometen que harán sexo sin pudores, que harán hijos por amor y por voluntad, y no porque los otros esperan que lo hagan? ¿Prometiendo que los educarán para que sean independientes y bien informados sobre la realidad que los aguarda?

¿Prometen que no hablarán mal de la persona con quien se casaron solo para hacer reír a los otros?

¿Prometen que la palabra libertad seguirá teniendo la misma importancia que siempre tuvo en sus vidas?

¿Prometen que sabrán responsabilizarse por sí mismo sin quedar esclavizado por el otro y que sabrán convivir con su propia soledad, que ningún matrimonio elimina?

¿Prometen que serán tan solo ustedes mismos, como eran antes de entrar en este lugar?



Siendo así, los declaro mucho más que marido y mujer: los declaro eternos amantes.

Puede besar la novia…

Canción Daniel en la cueva de los leones - Legião Urbana

Aquel gusto amargo de tu cuerpo
Quedó en mi boca por más tiempo
De amargo entonces salado quedo dulce
Así que tu olor fuerte y lento
Hiciste casa en mis brazos
Y todavía suave y fuerte, ciego y intenso
Hizo saber que todavía era mucho
Y muy poco
Hago nuestro mi secreto más sincero
Y desafío el instinto disonante
La inseguridad no me ataca cuando me equivoco
Y tu momento pasa a ser mi instante
Y tu miedo de tener miedo de tener miedo
No hace de mi fuerza confusión
Tu cuerpo es mi espejo y en ti navego
Y yo sé que tu corriente no tiene dirección
Pero tan cierto cuanto el error de ser barco a motor
Y insistir en usar los remos
Y el mal que la agua hace cuando se ahoga
Y el salvavidas no está allá porque no lo vemos

EL MILAGRO DE LAS HOJAS - Clarice Lispector

No, nunca me suceden milagros. Oigo hablar, y a veces eso me basta como esperanza. Pero también me subleva: ¿Por qué no a mí? ¿Por qué sólo oir hablar? Sí tengo visiones fugitivas antes de adormecerme -¿Sería esto un milagro? Pero me explicaron muy parsimoniosamente que esto incluso tiene nombre: "eidetismo", capacidad de proyectar en el campo alucinatorio las imágenes inconscientes.
Milagro, no. Sino casualidades. Vivo de casualidades, vivo de líneas que inciden una en la otra y se cruzan y en el cruce forman un leve e instantáneo punto, tan leve e instantáneo que está más bien hecho de pudor y secreto: apenas empezara a hablar de él, me encontraría hablando de nada.
Pero tengo un milagro, sí. El milagro de las hojas. Camino por la calle y con el viento me cae una hoja exactamente en los cabellos. Esa peripecia en la serie de millones de hojas transformadas en una única, y de millones de personas la peripecia de reducirse a mí. Esto me sucede tantas veces que he llegado a considerarme modestamente la elegida de las hojas. Con gestos furtivos me saco la hoja de los cabellos y la guardo en la cartera, como el más diminuto diamante. Hasta que un día, al abrir la cartera, encuentro entre los objetos la hoja seca, encogida, muerta. La tiro; no me interesa un fetiche muerto como recuerdo. También porque sé que nuevas hojas coincidirán conmigo.
Un día una hoja chocó con mis pestañas. Me pareció una gran delicadeza de parte de Dios.

LAS JOYAS DEVUELTAS

Una palabra importante existe para enfrentar con serenidad y equilibrio la muerte de un ser estimado: la sumisión.
Ella expresa la disposición de aceptar lo inevitable, considerando que sobre los deseos humanos, el testamento soberano de Dios prevalece, eso nos ofrece la experiencia de la muerte a favor del crecimiento de nuestra vida.

Antes del dolor, es oportuno recordar una vieja historia oriental en que un rabino, predicador religioso judío que vivía muy feliz. Él se casa y tiene dos niños admirables, dos muchachos inteligentes, activos, amorosos y disciplinados:

Por fuerza de sus actividades, cierto tiempo el rabino estaba ausente durante varios días, en viajes largos. En ese provisional, un accidente serio provocó la muerte de los dos hombres jóvenes.
Nosotros podemos imaginar el dolor de esa madre!... a pesar de que ella era una mujer fuerte. Apoyándose en la fe y en la confianza de su Dios, fue muy fuerte al tomar el impacto. Su preocupación más grande era el marido. Cómo trasmitir a él la noticia terrible?!... Ella temió que una conmoción fuerte podría tener consecuencias fatales, desde que él era portador de insuficiencia del corazón. Ella oró mucho, suplico a Dios una inspiración. El Señor no la dejó sin respuesta...
Pasados algunos días, el rabino regresó a la casa. El llegó en la tarde, cansado después del viaje largo, pero muy feliz. El abrazó la esposa afectuosamente y preguntaba por los niños...
---No te preocupes, mi estimado. Ellos vendrán después. Anda tomar un baño, mientras yo preparo unos bocados.
Un rato después, sentó a la mesa, ellos intercambiaron los comentarios del periódico, en ese encantamiento de dulzura de esposos amorosos, después de la separación breve.
--- ¿Y los muchachos? Ellos están demorando…
---Déjalos... Déjalos a los niños que quiero tu ayuda para solucionar un problema serio.
--- ¿Qué pasó? ¡Yo noté que estas preocupada!... Mujer Habla! Nosotros resolveremos juntos, con la ayuda de Dios!...
---Cuando usted viajó, nuestro amigo me buscó y confió a mi guardia dos joyas de valor incalculable. ¡Ellas son extraordinarias y preciosas! ¡Yo nunca vi algo igual! El problema es ese: él viene a buscarlos y yo no estoy con la disposición hacer la devolución.
--- ¡Que pasa mujer! ¡Yo estoy encontrando extraña tu conducta! ¡Usted nunca cultivó las vanidades!...
---Es que nunca vi joya así. ¡Ellas son divinas, maravillosas!...
---Pero ellas no pertenecen a ti...
--- ¡No puedo aceptar la perspectiva de perderlos!...
---Nadie pierde lo que no posee. ¡Retenerlas sería lo mismo que robarlas!
--- ¡Ayúdame!...
---Claro que lo haré. Nosotros iremos a devolverlas juntos, este mismo día!
---Pues bien, mi querido, que se haga tu voluntad. El tesoro se devolverá. Realmente eso ya fue hecho. Las joyas eran nuestros niños, que Dios nos concedió de préstamo, y ahora vino a buscarlos!...
El rabino entendió el mensaje y, aunque probando la angustia que esa separación impuso en el, superó sus reacciones más fuertes
El marido y la mujer se abrazaron emocionados, mezclando lágrimas que derramaron suavemente sobre sus rostros y ellos pronunciaron, en el unísono, las palabras del santo Jó:
Lo que Dios dio, el mismo Dios quitó.